En este punto ya es sabida la derrota del San Luis frente a Tigres. Es claro que en el deporte, especialmente el futbol, tiene en ocasiones más tintes azarosos que de competencia pero lo ocurrido el sábado es un fraude.
Tras los acontecimientos que pasaron en Monterrey hace 15 días el partido que se disputo el sábado era decisivo, si perdía tigres la afición realmente se encabronaria así que la solución fue que san Luis fuera el perdedor.
En pocas palabras fue un insulto lo que paso: un equipo mediocre tratando de, más que de ganar, de matar el tiempo, un árbitro parcial y una afición que no entendía ni un carajo que pasaba.
Un amigo me comento que San Luis era el lugar donde los demás equipos se recuperaban y sumaban puntos: El trabajo sucio de esta mafia. A mi parecer eso es una falta de respeto a toda la afición. Lo entiendo, un equipo no puede ganar pero yo mismo he presenciado partidos donde San Luis luce como el títere del visitando. Una prueba de esto es la afición. La desesperación de un partido perdido hace su presencia en los cánticos: suenan más a una exigencia que a un apoyo. Por momentos las voces se unen para pedir la cabeza de algún directivo, obviamente no son escuchadas.
Así es este circo que Marcelo trajo a la ciudad. Uno en el que se juegan millones todos los fines, financiado por esa afición incrédula y perseverante que somos todos.Finalmente nada cambiada, las personas iran mentando madres y los chavos buscando alguna cerveza callejera para discutir el error del equipo, como siempre.
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