17 abr 2010

Ese lugar...


Un día lo descubrimos. Claro, ahora sé que otros conocen de su existencia pero quiero creer que tal vez por un momento existió solo para mi.
No recuerdo la época, estoy seguro que fueron en unas vacaciones, talvez de verano.
Íbamos caminando, los días anteriores habían sido de lluvia y calor. Todo había comenzado con la necesidad de comer. Un par de hamburguesas habrían bastado pero el golpeteo de una súbita idea se presento en la fila de Burguer King. Fue fácil, rápido   y parecía predestinado: una desvío de un par de cuadras, una compra ilícita (En aquellos tiempos) sin problemas  y una mirada de complicidad proveniente de una linda chica.
Esos son los antecedentes, lo demás es simple: Caminar y detenerse: Una de las vías principales de la ciudad estaba abandonada. El ruido de cientos de carros era ahogado por los susurros de una especie de río.
¿Qué pudimos hacer en ese momento? Sentarnos en el pasto, tomar y disfrutar de un espectáculo que dudo repetir. Volvimos después en una especie de ritual: Comer, tomar  y platicar. Nada se comparo a ese momento: fue único, nuestro pequeño oasis.

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